Abstract architecture and building with window exterior

Qué es la eficiencia energética de un edificio y cómo mejorarla

Los edificios y nuevas construcciones generan un impacto ambiental. Por este motivo, desde las instituciones se han promovido una serie de acreditaciones que certifiquen la calidad de las construcciones, cuantifiquen las emisiones de CO2 y acrediten que son energéticamente eficientes.

La eficiencia energética de los edificios se calcula midiendo la energía consumida durante un año en condiciones normales de ocupación y uso. Se tienen en cuenta factores como la calefacción, el aislamiento, la iluminación o el agua caliente de un espacio, entre otros.

Para medirla indica el nivel de consumo que realiza el edificio. Al igual que ocurre con los electrodomésticos, se basa en la escala del Índice de Eficiencia Energética (IEE), regulado por la Unión Europea desde hace 25 años y modificado en marzo de 2021.

  • A y B: menor consumo eléctrico.
  • C y D: consumo moderado.
  • E y F: consumo medio/alto.
  • G: posee peor rendimiento y consume más energía.

La Directiva Europea 2010/31/UE recomienda la construcción de edificios de tipo A, puesto que este tipo puede llegar a consumir hasta un 90% menos de energía que un tipo G.

 

¿Cómo se mejorar la eficiencia energética de un edificio?

Los datos que se tienen en cuenta para elaborar el certificado energético son los kilovatios por hora metro cuadrado (kWh/m2) y en kilogramos de CO2 por metro cuadrado (Kg CO2/m2 año). Una vez se obtienen los resultados, las cantidades se relacionan con el etiquetado, es decir, con una de las letras.

Los certificados suelen incluir además sugerencias técnicas para incrementar la eficiencia del edificio o vivienda. Un recurso que permite a los propietarios realizar mejoras que incrementen la posibilidad de alcanzar la etiqueta A.

Estas recomendaciones no son obligatorias, pero tienen la finalidad de ofrecer opciones energéticas que tengan un impacto positivo en el medioambiente, así como en el ahorro dentro de los distintos espacios de edificio y en su conjunto.

Algunas posibles mejoras son:

  • Si la vivienda no está construida, hacerlo de forma que capte la mayor luz natural posible.
  • Emplear equipos que ahorren energía y aprovechen los recursos naturales como las placas solares.
  • Mejorar el aislamiento térmico.
  • Instalar iluminación LED, que desprende menos CO2 que la convencional.
  • Climatización inteligente. Lo adecuado es acotar la temperatura entre 21º y 24º en verano y/o emplear domótica que la regule de forma inteligente.

Aunque todos estos recursos son válidos, siempre puedes empezar con aquellas que te resulten más económicas y te supongan un mayor beneficio a largo plazo. Por ejemplo, aquellas que te supongan un ahorro en las facturas de la electricidad y el agua.

En MLC te recomendamos las mejores opciones energéticas según tus necesidades. Realiza tu consulta sin compromiso a través de nuestra web o llamando al 953 03 58 49. Nuestros expertos te devolverán la llamada.

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¿Cómo se mide la energía que consumes? Ahorra en tu factura

¿Sabes por qué pagas lo que pagas en tus facturas de la luz y el gas?

El consumo energético es el gasto total de energía que se realiza en un hogar, oficina o edificio. Habitualmente, éste incluye más de una sola fuente, como la electricidad o el gas, y depende de la actividad que realices. Por ejemplo, no es lo mismo el uso diario que se le da al frigorífico de una vivienda que al de un restaurante.

En concreto, el gasto energético depende de cuestiones como:

  • El número de personas que utilicen los aparatos eléctricos o hagan uso de suministros como la calefacción.
  • La actividad que se realice en un espacio o edificio.
  • El rendimiento energético del edificio en el que se encuentre la vivienda o lugar de trabajo.
  • El rendimiento de los electrodomésticos, que se puede evaluar con el etiquetado energético que tienen asociado.

 

¿Cómo se mide?

Una vez comprendido qué es el consumo energético y de dónde procede, queda aclarar cómo se miden los más comunes.

  • La luz: Las empresas eléctricas suelen medir en kilovatios por hora (kWh), es decir, que durante una hora se consumen 1000 vatios. Para consultar el número de kWh consumidos, puedes echarle un vistazo al extracto de tu factura de la luz.

 

  • El gas: El gas es más complicado de calcular, dado que el consumo se realiza en metros cúbicos (m3) y hay que convertirlos en kWh. Por este motivo, su precio depende de factores como la extensión del espacio en el que esté contratado este suministro, el aislamiento del mismo, etc. Las empresas energéticas fijan un factor de conversión que puede consultarse en la factura.

 

Ahorrar en la factura de la luz

¿Saber estas cosas puede ayudarte a ahorrar en tus facturas? La respuesta es que sí. Ahora sabes que el aislamiento de tu hogar e incluso los electrodomésticos juegan un papel esencial en el consumo de gas y luz. Así que si estás pensando en cambiar algún aparato, puedes consultar cuestiones como el etiquetado energético antes de realizar tu compra. De este modo, mejorarás la eficiencia de los electrodomésticos de tu hogar.

Además, si conoces el precio del kWh de distintas empresas, tendrás un criterio más amplio a la hora de elegir tu compañía de suministros energéticos.

En MLC Luz y Gas contamos con un equipo de asesores que evalúa tu caso con total transparencia y traslada al cliente todas opciones que puedan resultarle de interés. Para conocer más sobre nuestra compañía y sus servicios, consulte en la web o llame al 953 03 58 49.